“…Mientras se baile, se ponga el cuerpo en movimiento, ya se está resistiendo”
Gustavo Blázquez
El cuerpo puesto en movimiento en un espacio público junto a otro cuerpo, rompe estructuras para dar inicio a nuevas experiencias de aprendizajes y enseñanzas.
Desde el baile, los cuerpos en situación festiva, producen goce y alegría. Los cuerpos puestos en movimiento en una fiesta, adquieren otras posturas, formas, estéticas, como así también otras vivencias y en este sentido el baile actúa como un soporte que permite a los que bailan despojarse de su identidad constituida socialmente para dar paso a genuinos momentos de creación, instancias de vivencias de otras sensibilidades y profundidades; el ritual de la fiesta resulta ser reparador de aquellas ausencias dadas en el mundo y posibilita “saldar” las fallas de una totalidad.