La cantautora mexicana Marissa Mur encontró su camino personal y espiritual a través de la música, y hoy en día, su propio sonido especial es un regalo al mundo. Con apenas 3 años le decía a su mamá que iba a ser cantante.
Recuerda que desde muy pequeña se encerraba en el cuarto con los audífonos durante horas a escuchar música. Siempre pedía de regalo algún instrumento musical.
Marissa Mur se enamoró de la guitarra que le trajo Santa Claus a los 8 años, y desde entonces no ha dejado de regalar canciones. Desde ahí ha ocurrido una revolución en su corazón, afirma. Cada vez que sonaba su guitarra vibraba en otra sintonía, sentía que viajaba a otro lugar, y por eso se enamoró de la música.
En 2015, Mur lanzó su primer disco producido por el productor galardonado Alan Saucedo, con canciones como “Zona Cero” y “Sin Remedio” resaltando de la colección.